Connecta amb nosaltres

Entrevistes

Mayte Martín: ‘‘El arte y el negocio son antagónicos. El arte no entiende de intereses’’

Cuando faltan solo unos días para que actúe en la Sala Barts, entrevistamos a Mayte Martín (Barcelona, 1965), una compositora, cantante y cantaora de flamenco que acumula más de 25 años sobre los escenarios y ocho discos publicados. Nos habla de Tempo Rubato, su trabajo más personal que ella define como una especie de diario sonoro, y de su vida en el Poble-sec: el barrio que la vio nacer y que hoy vuelve a ser su casa. La fuerza y la libertad artística acompañan el trabajo de esta creadora que se muestra crítica con la industria discográfica y con “el consumo de música basura”.

Publicat

on

Naciste en el Poble-sec y decidiste volver. ¿Qué es lo que más te enamora de tu barrio?
Volví al barrio a los 32 años, con nostalgia de sus calles, su gente, su arquitectura y su atmósfera. Aunque me fui a otro barrio con solo tres años, mis recuerdos de infancia los ubico aquí, en la calle Blesa, donde me reencontraba con mi familia andaluza y en esas tardes de domingo escuchando flamenco en casa de mis tíos. Vivo en un piso muy alto y cada final del día me regala una puesta de sol maravillosa e irrenunciable.

¿Cómo llegó el flamenco a tu vida?
Mi padre fue un inmigrante andaluz de los que llegaron a Cataluña en los años cincuenta y llevaba en su maleta discos de flamenco: Valderrama, el Pinto, Marchena… Esa fue la banda sonora de mi niñez y esa era la música que escuchaba cuando mis oídos estaban aún vírgenes y mis emociones también; por eso creo que el flamenco caló tan hondo en mí.

El 13 de noviembre actúas en la sala Barts para presentar ‘Tempo Rubato’. ¿Qué tendrá de especial
este concierto?

Los proyectos van cuajando y madurando contigo; por tanto, en cada interpretación del mismo repertorio, si
ha pasado un tiempo, hay nuevo contenido emocional y expresivo que es muy hermoso percibir y transmitir. Por
otro lado, este concierto en la sala Barts tiene el plus de contar con la presencia de Belén Maya, embajadora de la belleza y de la delicadeza en la danza flamenca.

En alguna ocasión has explicado que se trata del disco de tu vida. ¿Cómo ha sido su proceso de gestación?
Tempo Rubato ha visto nacer todos mis proyectos, porque su contenido son las canciones que he compuesto a lo largo de toda mi vida desde que empecé a componer. Al principio no pensé en publicar las canciones pero después pensé que sería muy hermoso que quedasen registradas en una especie de diario sonoro. A medida que las componía, las iba entregando a Joan Albert Amargós para que las vistiera con los instrumentos que yo siempre imaginé para ellas, y eso es exactamente lo que suena en Tempo Rubato. Jamás me puse un plazo de grabación ni de publicación del disco, lo ha construido y lo ha concluido la vida misma.

¿Qué quieres transmitir con este trabajo?
Solo pretendo que sea mi diario amoroso, como escribo en el libreto del disco: “Tempo Rubato es mi cardiograma. El trazado sonoro de mi registro vital y amoroso”. He querido contar en él cómo y cuánto he amado, y que quede constancia de ello cuando yo ya no esté.

Este proyecto se ha financiado gracias a una campaña de micromecenazgo. ¿Por qué decides recurrir a esta herramienta?
Hace mucho que llevo a cabo mis proyectos a través del micromecenazgo. Es una manera bonita de celebrar tu
libertad artística con quienes la valoran, la disfrutan y la secundan. Una forma de hacer partícipes directos de tu obra a las personas que son felices con lo que haces. El arte y el negocio son antagónicos. El arte no entiende de intereses. Y cuando, al hacer arte, te pones a pensar en los frutos y no en la siembra, ya no estás haciendo arte.

¿Qué es para ti la libertad?
Ser libre es ser dueño absoluto de tus actos. También lo son quienes venden su alma al diablo por un plato de lentejas. Lo que ocurre es que no todo el mundo está dispuesto a pagar el precio que hay que pagar por ser honesto, es una cuestión de prioridades. Yo no soy una persona ambiciosa de nada material, solo ambiciono tiempo, paz, rodearme de personas que estén a mi lado por quien soy y no hacer nunca nada que no haga por amor.

¿Cómo ves el momento actual de la industria musical?
La industria musical no está al servicio del arte, se mueve por intereses puramente económicos, por tanto, en
este momento es el peor enemigo que tiene el arte. Las discográficas se dedican a lanzar al estrellato a artistas de diseño que buscan únicamente alimentar su ego y su ambición. Así, ambos –artista y discográfica– se enriquecen juntos a costa de empobrecer el panorama artístico y maleducar al público, que cada vez tiene que hurgar más para encontrar propuestas con calidad y solidez.

¿A qué artistas del momento admiras? ¿Qué piensas de la nueva hornada de cantantes de flamenco que arrasan entre los jóvenes?
Hay buenos artistas flamencos, pero prácticamente todos están en la sombra. Todos los que pueden mantener vivo
y sano este arte son perfectos desconocidos para el gran público. Porque lo que es de verdad, no es manipulable, lo que no es manipulable no interesa a la industria, y lo que no interesa a la industria siempre permanece en la sombra. Vamos a pagar muy caro este consumo masivo de música basura que está enriqueciendo a las multinacionales, porque esos “productos discográficos” que el marketing impone al público a base de poder, es decir, de dinero, tienen copado el mercado. No hay espacio para nada más.

En estos momentos políticos que vivimos parece que ser artista y catalana implica tenerse que posicionar con respecto a la cuestión nacionalista. ¿Lo evitas?
Yo jamás evito posicionarme en ningún aspecto ni en ningún sentido. Soy un ser humano libre y con ideas propias y siempre manifiesto mis opiniones claramente, gusten o disgusten a quien sea. Una persona que no tiene sensibilidad ni valentía para reaccionar ante la injusticia, la manipulación y el abuso de poder, tampoco tiene sensibilidad ni valentía para hacer arte.

Háblanos de tus planes de futuro.
Mis proyectos son vivir y seguir creando, a mi forma, a mi ritmo, con la libertad que me permite ser feliz y hacer felices a quienes me escuchan. Ser fiel a mis principios, ese es mi compromiso con la vida y con el don que me fue concedido.

Fotografia: Isabel Camps

Entrevistes

‘Curro’ Rodríguez: “Volíem que la societat reaccionés davant la complicitat dels governs”

Anava a opositar com a bomber, però el dia de l’examen estava a bord d’un vaixell rumb a Gaza. El Francisco ‘Curro’ Rodríguez, de 31 anys, és patró professional i activista al Sindicat de Barri del Poble-Sec. Aquest setembre va embarcar-se a la Global Sumud Flotilla per portar ajuda humanitària a Gaza i trencar el bloqueig imposat per Israel. L’embarcació, però, va ser interceptada per l’exèrcit israelià i molts d’ells van ser detinguts.

Publicat

on

¿Qué et va a portar a sumar-te a la flotilla?
Fa temps que sento aquesta responsabilitat de fer el que estigui a les meves mans per aturar el genocidi que pateix el poble palestí. El que comenzó el 7 de octubre es només la continuación de una opresión que ve de mucho más allá. Ante la brutalidad, la gente se va a movilizar, pero la respuesta encara era insuficiente, está en un punto de estancamiento. Va ser aleshores cuando al final arriba la crida de la flotilla, una acción potente. Evidentemente, comportava riesgos, pero era una respuesta a la altura del que está pasando. La misión quería aportar ayuda humanitaria a Gaza, trencar el bloqueo y denunciar las complicidades internacionales con este genocidio.

¿De quina manera vas a acabar embarcant-hi?
No vaig poder presentar la mi sol·licitud porque era fora, i quan vaig tornar a Barcelona ja estava tot tancat. Dies abans de la sortida vaig anar a donar un cop de mà carregant menjar i aigua. Allà vaig ayudar un capità a moure el vaixell i, en saber que era patró professional, em va oferir d’anar-hi. Però després de donar-hi moltes voltes, vaig decidir que no, que no aniria.

Al final, pero, vas canviar d’opinió.
L’endemà, veient sortir los vaixells, em vaig emocionar. Se’m va quedar l’espina clavada. Sentia que hauria d’haver-hi estat, que aquella acció era el pas que necessitàvem. I mira, el destino… los vaixells van haver de tornar per mala mar. Un d’ells, l’Adara, s’hi va quedar uns dies més, així que vaig anar a parlar amb la tripulació. I aquest cop, quan em van oferir pujar, vaig dir que sí.

¿Cómo vau viure tot el viatge?
Ens vam passar gairebé un mes navegant, molt més del previst. Durant la travessa vam fer formacions i simulacres. Jo formava parte de la tripulació técnica, con empresas que también tenían experiencia marinera. Hay 23 personas de países diferentes, con trayectorias diversas, pero con un objeto común: por el que estiguemos a nuestros hombres para trencar el bloque. Sí, hi havia por, però sobretot hi havia determinació i una consciència muy clara de per què érem allà. Sabía que atravesar la zona que Israel considera de exclusión, pero era una misión pacífica, así que en principio no ens podien fer res.

¿Qué va a pasar en el momento del aborto?
L’exèrcit ens va envoltar i nosaltres, serens, vamos a seguir los protocolos de no-violència. Ens vam posar a la popa, con armilles salvavides i les mans alçades. No podemos resistirnos, només mostrar que no hay armas armadas y que era una acción humanitaria. Tot i la tensió, el que sentíem no era por sinó ràbia. Sabíem que aquellos soldados eren los mateixos que estaven asesino gent a Gaza. Van pujar armats, van trencar càmeres, ens van escorcollar i van tancar tothom dins els camarots. Ens van tenir més de 20 hores segrestats mentre ens portaven al port d’Israel.

¿Quin tracte vau rebre un cop vau tocar terra?
Quan ens van baixar, ens van asseure a terra, amb el cap cot i sense poder parlar. Hola va haver violència verbal i física: ens van estirar, colpejar i emmanillar. Ens tractaven com criminals, deien que érem terroristas per voler ajudar Gaza. Vam passar fred i ni tan sols ens deixaven anar al lavabo. Ens van donar la opción de firmar una deportación voluntaria; de cedir davant d’ells. Alguns vamos negar-nos i se’ns va tancar a la presó israeliana.

¿Cómo van ser els dies a la presó?
Va a ser degradante. A la meva cel·la érem dotze en un espai per a quatre. Estàvem tancats les 24 hores, sense sortir. Ens van tenir dies així, incomunicats. Hola havia maltractament psicològic: amenaces constantes amb armes, apuntant-nos al pit i al cap. Sabíem que no dispararien… pero igualment la incertesa hi era. Jugaven amb això. També ens privaven del son: a mitjanit cridaven, encenien els llums i ens feien aixecar per fer un recompte absurd. Además, van posar televisores que repiten vídeos de los ataques de Hamàs del 7 de octubre con una música que no está aturada.

Una forma de tortura y propaganda per autojustificarse.
Però ens manteníem unidades. Las casas y las casas están separadas, pero se sintieron a través del paso y la animación. El que ens va passar no és res comparat con el que viuen los presos palestinos. La tortura que pateixen es infinitament pitjor i això ens feia resistir-hi.

Creu que, malgrat tot, la missió va complir el seu propòsit?
Si. No en el sentimiento de trencar el bloqueig, sino pel que ha remogut. Hem rebut missatges d’infants gazians que celebraven el que fèiem, que deien que els donava esperança. También hem vist com el món s’ha mobilitzat: los estibadors italianos van dir que aturarien los ports si ens passava res, hi va haver un vaga general a Itàlia, i here, a l’Estat espanyol, mobilitzacions com feia anys que no es veien. L’esclat, la respuesta popular, es el que buscàvem. Volíem que la sociedad reaccionó ante la complicidad de los gobiernos, i ara podem dir que s’ha aconseguit.

Continua llegint

Entrevistes

Roser López Espinosa: “És clar que la dansa com a professió és inestable, però avui dia tot ho és”

Mai ha distingit la seva vida de la dansa. La Roser López Espinosa (Granollers, 1980) és una de les coreògrafes catalanes amb més projecció internacional. Després de formar-se a Amsterdam i treballar amb creadors de renom, ara treballa com a ballarina creadora i és professora al Conservatori Superior de Dansa. Aquest octubre estrena Faula al Mercat de les Flors amb un espectacle que celebra la imaginació col·lectiva a través d’una peça abstracta.

Publicat

on

Podríem dir que porta la dansa i el moviment a la sang?
Vaig començar de manera molt innata. M’encantava de petita i a casa meva es ballava molt. Els meus pares no eren professionals, ni artistes, però sí que tenien una gran passió per la dansa. A les festes, a la plaça, a casa… sempre hi havia música i ball. Recordo que feia coreografies a l’habitació, o amb amics al carrer. Era la típica noia inquieta que s’enfila als arbres i no para de fer verticals i rodes.

No trigaria a fer les primeres classes…
Va ser als sis anys que vaig començar amb la gimnàstica. Vaig competir molts anys i, en deixar-ho, vaig descobrir la dansa contemporània. La combinava amb els estudis de sociologia, que al final vaig deixar; no era al que m’havia de dedicar… En un moment determinat, vaig fer les proves per a la Universitat d’Arts d’Amsterdam, em van agafar i allà és on realment va començar la meva carrera.

Quan va decidir que aquesta seria la seva vida?
Quan vaig començar la meva primera feina als Països Baixos, amb 24 anys. Relativament tard si ho comparem amb altres trajectòries, perquè jo venia d’una formació més irregular a Barcelona. Després del meu primer solo reeixit, vaig veure possible fer camí com a creadora mentre treballava de ballarina. Així vaig començar a compaginar les dues coses: treballar amb coreògrafs, aprendre’n molt, i alhora fer cada dos anys una peça pròpia.

Com és el procés creatiu? D’on treu la inspiració?
La veritat és que mai saps on vindrà. El meu primer solo va néixer a partir d’un llibre on hi havia un passatge sobre un colonitzador que muda la pell en somnis. Jo estava en un moment vital de canvi i aquella imatge va ser un disparador per parlar de la identitat. Aquella peça es deia La pell de la sargantana.

Després vindria Lowland.
Va sorgir de veure les migracions d’aus a Madrid. Em fascinaven els centenars d’estols volant junts, treballant en equip. Això em va portar a una peça de vuit ballarins que avui forma part del repertori de companyies internacionals.

Quin paper té el públic en les seves creacions?
Té un paper central. Des del principi penso en ells, perquè sense algú que ho miri, no hi ha acte teatral. Cal, com a mínim, un espai, un intèrpret i algú que observa. Quan començo una peça, tinc llibretes plenes d’idees i d’allò que m’agradaria transmetre’ls.

La dansa és una carrera incerta. Ha tingut dubtes?
Sí. Quan tenia 18 anys, el món es veia d’una manera diferent. Es deia que hi havia feines segures i feines que no. Les artístiques ni tan sols es consideraven feines. Jo havia estudiat sociologia, m’agradava la literatura, la filologia, però no m’imaginava dedicant-me a res que no fos la dansa. Em feia por projectar-me en un futur que no em fes feliç, així que vaig decidir que preferia intentar-ho.

Va desafiar la inestabilitat.
És clar que la dansa com a professió és inestable, són feines temporals, però avui dia tot ho és. Penso que és millor dedicar-se a allò que t’apassiona. Viure amb el dubte de no haver-ho intentat és molt més dur.

És una feina exigent físicament. Alguna lesió?
Formen part de l’ofici. Hi ha sobrecàrregues i accidents. El cos és la nostra eina de treball i cal aprendre a escoltar-lo. No crec en allò de “treballar amb dolor”. Les coses petites acaben fent-se grans.

I mentalment, és complicat?
Sí. Hi ha pressió, sobretot abans d’una estrena. Però hi ha una intel·ligència del cos fascinant: els músculs recorden i això dona seguretat a escena.

Ara estrenarà Faula al Mercat de les Flors. Com definiria l’obra?
És un conte contemporani, habitat per bèsties fabuloses. La peça més abstracta que he fet, però alhora plena d’humor i de moments col·lectius. Els ballarins es transformen, hi ha elements acrobàtics i un treball de grup molt intens. M’interessa molt mostrar el que som capaços de fer junts, i a Faula això és molt present.

Què li agradaria que el públic s’endugués?
La peça celebra la imaginació com a eina col·lectiva i transformadora. Els ballarins es converteixen en criatures extraordinàries, és una manera de convidar a recordar que dins nostre tenim aquesta capacitat de transformació. La imaginació permet crear mons i canviar el nostre dia a dia. Crec que és un missatge molt necessari, sobretot avui.

Existeix cap mena de sostre professional?
No crec que hi hagi un sostre. Sempre hi ha més a descobrir, més a fer. Quan vaig començar, els meus somnis eren poder ballar, poder viure d’això, treballar amb coreògrafs que admirava. I molts d’aquests somnis s’han complert. Ara agraeixo poder viatjar, conèixer gent i tenir l’oportunitat de crear. No es tracta d’assolir un objectiu final, sinó de no deixar de caminar i gaudir del viatge.

Fotografia | Barlas Sahinoglu

Continua llegint

Entrevistes

Gil Toll: “La Casa de la Premsa ha de ser un referent en la lluita contra la desinformació”

La trajectòria de Gil Toll (Lleida, 1963) ha estat marcada per una doble vida professional i personal. Mentre que, per una banda, sempre ha estat vinculat al periodisme econòmic, en paral·lel i des de fa més de quinze anys dedica temps a la recerca històrica de la Casa de la Premsa, entre d’altres, arran d’una investigació familiar. Així, la seva vida s’ha teixit des de dues línies paral·leles: la televisió, per professió, i la història del periodisme, per vocació.

Publicat

on

Acumula dècades de professió. Com resumiria la seva trajectòria?
La meva trajectòria va començar quan havia acabat el primer curs d’universitat i vaig començar a col·laborar en mitjans. Poc temps després, amb només 22 anys i encara a la universitat, vaig entrar a treballar a televisió. Des de llavors he estat vinculat al mitjà televisiu. He passat pel Centre d’Informació Econòmica i durant molts anys vaig formar part de l’equip del programa Valor Afegit. Ara aquest espai ja no existeix, però continuo dins de l’àrea d’informació econòmica d’aquest àmbit.

Més enllà de la televisió, també ha estat vinculat a projectes amb arrel poblesequina.
Exacte, des de fa 15 anys també he dedicat temps a la història de la Casa de la Premsa. Tot va començar arran d’una investigació familiar: uns parents de la meva mare havien estat propietaris de diaris durant la Segona República.

Una trajectòria amb dues vides paral·leles?
La professional, per guanyar-me la vida, centrada en el periodisme econòmic a televisió; i la més personal, vinculada a la recerca i divulgació sobre la història del periodisme i de la Casa de la Premsa.

Durant tots aquests anys de professió, quina ha estat l’etapa més difícil?
No és fàcil escollir-ne una, però potser recordo especialment els primers temps del govern de Jordi Pujol. Jo mateix vaig ser testimoni d’una trucada directa de Pujol a la redacció, amb encàrrecs concrets. Quan li feies al president una pregunta que no li interessava, et responia amb aquell famós “això no toca”.

Avui, un dels grans debats és la digitalització i el fet que molta gent s’informa a través de xarxes socials, sovint sense el rigor periodístic. Com ho valora?
És un dels grans reptes actuals. Les xarxes han democratitzat la comunicació, però també han obert la porta a la difusió massiva de falsedats, especialment en l’àmbit polític. Des de la Casa de la Premsa volem ser part de la resposta: un espai on les entitats puguin treballar i compartir projectes amb la ciutadania. L’objectiu és que aquest edifici emblemàtic esdevingui un punt de trobada. La Casa de la Premsa ha de ser un referent en la lluita contra la desinformació i, alhora, en la defensa del periodisme de qualitat.

Quin paper juga la presència de l’extrema dreta?
Té molt a veure amb tot el que he esmentat abans sobre la manipulació de la informació. Els nazis ja van establir aquella màxima que deia que si repeteixes una mentida mil vegades, acaba convertint-se en veritat. Aquest és el principi que avui apliquen partits i líders com Vox, Donald Trump, Javier Milei, Putin i molts altres, que basen la seva estratègia política en la repetició constant de falsedats i dades manipulades.

Què podem fer els periodistes davant d’això?
Hem de continuar amb rigor i, a més de la feina diària, cal ajudar la ciutadania a entendre millor com funciona la comunicació. La clau és que la gent sigui crítica. No vol dir criticar-ho tot, sinó tenir criteris mínims per analitzar la informació: mirar la data de publicació, qui signa l’article, a quin mitjà correspon… Davant d’un text anònim o d’un missatge impactant sense fonts, cal activar totes les alarmes. El periodisme és el pal de paller de la vida política i social, i l’hem de cuidar, tant els professionals com els polítics, que són els que fan les lleis.

Un periodista pot tenir por?
Sense cap mena de dubte. Especialment les dones periodistes són a la primera línia dels atacs a les xarxes socials, on hi ha molt masclisme i molt assetjament. És terrible. Però també hi ha països on ser periodista implica posar en risc la vida. Aquí no vivim aquesta situació extrema, però sí que existeixen altres perills. Les campanyes d’assetjament a les xarxes poden traslladar-se a la vida real. No és habitual, però hi ha casos de periodistes agredits o fins i tot assassinats. Es tracta d’una vulnerabilitat constant.

Parla de grans mitjans, no obstant això, els locals què podem fer?
Us diria que mantingueu tot el rigor possible i que intenteu establir sinergies entre petits mitjans. És l’única manera que algun d’ells pugui créixer i obtenir més reconeixement. També és important col·laborar amb organitzacions i fundacions que donin suport a aquest tipus de periodisme, que sovint no és rendible ni genera beneficis econòmics, però que resulta absolutament necessari.

Expliquis.
El periodisme local necessita un suport més enllà de la publicitat. Aquest suport pot venir dels lectors, si realment valoren la feina que feu, però si això no és suficient cal buscar altres vies: fons econòmics, fundacions o entitats que garanteixin la seva continuïtat i visibilitat.

Continua llegint
PUBLICITAT

El més llegit

Copyright © ZonaSec Comunicació, 2025